domingo, 19 de agosto de 2012

Porque educar es, antes que todo, escuchar

¿Cuando entramos a un sistema educativo, lo hacemos para qué? Esa es la gran pregunta que con el apuro de levantarse temprano y funcionar para la economía (y no tanto para el alma de la sociedad) se ha emborronado. ¿Acaso los objetivos de la macroeconomía, el PIB y el crecimiento económico (insostenido e incierto) tienen algo que ver conmigo? No sé, nunca me preguntaron quién era yo ni qué quería hacer, hubo tantas cosas que no me preguntaron. Pero hay algo que sí sé. Yo, y con esto me refiero a mi individualidad íntegra y completa, no le importo a la economía, sólo le importo en tanto funciono para ella, no como alguien sino como algo, como un número. Y bueno, tradicionalmente, ¿en qué se fundamenta la institución educativa, la escuela? ocurre lo mismo, a la economía tampoco le importa la interioridad de la escuela, solamente le interesa que la escuela sea funcional a ella, que produzca ciertos conocimientos de manera urgente, disciplinada, sistemática y escalonada, para que de ahí salgan personas (y digo personas porque el que no hace eso prácticamente es como si no fuera persona) sumamente efectivas, "proactivas", multidisciplinarias, gente bonita que no se enferma, seres "responsables", etc. Y dependiendo de si la escuela es municipal o particular pagada te sitúan, bajo un plan implícito, más o menos dónde te correspondería trabajar para que todo "siga yendo bien", para seguir reproduciendo todo con los menores cambios posibles, mantener la estructura piramidal, mantener las concentraciones y mantener la ironía.

¿Alguien se dedicó a escuchar lo que alguno de esos niños, con su bella ingenuidad, tenía que decir, antes, por supuesto, de ser adoctrinado por esta cultura conservadora y limitante? Me temo que no. No era ni es todavía algo importante, y lo peor es que la absorción es tan fuerte que probablemente ni siquiera tengan algo que decir, pero es porque no les mostramos más opciones, porque no hay espacios de reflexión real fuera del tiempo productivo, no hay cuestionamientos, no hay comunicación, no hay una respiración calmada, lo único que hay son uniformes y una rueda que avanza de manera avasalladora, una estandarización implacable y una competencia ridícula, y si no hay eso hay monitos animados o programas de farándula.

Para aterrizar, yendo al grano, el punto es que la educación no se impone, no se instruye, porque cuando hace eso derrite la creatividad, y con eso se lleva literalmente la vida de las personas, la fuerza creadora, el arte y la música, destruye la decisión. La educación lo que tiene que hacer es escuchar y dejar experimentar, abrir el abanico más grande de posibilidades y dejar a los niños hacer lo que sientan. Siempre hay formas para todo dependiendo de los ciclos del niño, la disciplina sólo funciona cuando se quiere disciplinar a alguien, ¿pero acaso hay que disciplinar a los niños? y vuelve la pregunta, ¿para qué? ¿para que hagan algo que no quieren, ellos, que se sienten tan libres? Yo soy de los que creen que al encontrar el talento y el gusto por alguna actividad, naturalmente esa actividad se hará de alguna u otra forma, lo difícil es encontrarla y reconocerla, pero cuando ocurre, entonces no hay nada que temer, porque tendremos a la persona más eficiente de todas, y lo mejor es que también será feliz y, sin saberlo, será funcional a todos.


¿Por dónde empezar la transformación? ¿Hay que cambiar el sistema económico que condiciona a la escuela? ¿Qué pasa con el currículum y la mano del Estado (subordinado de la economía)? ¿Qué hacer, cuando los medios de comunicación (herramientas de la oligarquía) condicionan la opinión del ciudadano? ¿Acaso será el camino individual o el camino colectivo?

Yo digo que hagamos exactamente lo que generalmente no nos enseñaron: CREAR y SER. Para así darnos cuenta de que somos poderosos, de que somos dioses y no hormigas, de que estamos no para sobrevivir sino que para vivir, y de que no somos lo que nos dicen que somos, porque somos mucho más que eso, y lo sabemos. Pero para eso tenemos que, antes que todo, escucharnos.

"Somos la consciencia del universo... si no desarrollamos esa consciencia, pasamos a ser enemigos de él" (Jodorowsky)

¿Capital Cultural Familiar?

¿De qué hablamos cuando decimos "capital cultural familiar" Cuando hablamos de educación, todos los indicadores como el SIMCE y otros nos reflejan que los estudiantes saben más por el capital cultural de sus familias, que por la escuela de la cual provienen. El punto es ¿De qué capital cultural estamos hablando? de ¿Cuanto saben y cuan desarrolladas están las habilidades cognitivas de los que rinden las pruebas? Creo que también nos hace falta medir el "Capital cultural familiar" que incluye valores, tradiciones familiares, círculos de confianza, lazos afectivos que den seguridad y favorezcan el autoestima, redes de apoyo que se sostengan no en terapias, sino en quienes rodean a los niños, desde sus padres, abuelos, vecinos y amigos. Hace falta sentarnos a debatir sobre la sociedad que queremos, cuál es el barrio, la comuna y el país que queremos, entonces con la "boca ancha" definamos correctamente lo que es el "Capital Cultural de las familias", porque la acumulación de conocimiento no nos está asegurando una sociedad más inclusiva, ni adultos más felices.

domingo, 22 de julio de 2012

¡Bienvenidos sean todos!

Hace un mes más o menos, me decidí a crear este blog que más que mío espero que sea de todos los que ingresen a él, porque quiero expresar lo que conozco de educación y cuál es la Pedagogía con la que sueño. La idea del blog es servir como una ayuda, para cualquier persona, padres, alumnos, abuelos, profesores, en fin todos, puesto que la mayoría de las personas han tenido "alguna experiencia estudiantil", todos pueden opinar, enseñar y aprender. La pedagogía es más que una profesión, es una vocación en toda la dimensión de la palabra, es un "llamado" de amor. por ejemplo, muchas personas dirán - Yo no podría ser profesor porque no tengo paciencia con los niños y no sé como enseñar - pero si esas personas tienen hijos, sobrinos, ahijados se animan a enseñarles, tienen paciencia, juegan con ellos, bien o mal "enseñan". Creo que hoy, más que nunca una forma de contribuir al mundo es con una visión distinta de la pedagogía tradicional, que no esté solamente enfocada en aprender las habilidades de pensamiento, en lograr competencias; sino en una forma de vida, de estar permanentemente aprendiendo y principalmente basada en el amor hacia uno mismo y los demás. Por fin he encontrado el video con el cual quiero comenzar una mágica entrevista a Janet Sprohnle Ceroni, una mujer bella y lo digo desde la estética física hasta la del corazón, es una Psicóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Presidenta de la Fundación Africa Dream, entre otras, en esta nos habla sobre el APRENDIZAJE a través de la EXPERIENCIA http://www.13.cl/c/programa/estudio-del-lider/capitulos/janet-sproehnle-ceroni-yo-quiero-aprender-de-los-jovenes